Transbordador espacial

Para llevar y traer gente y carga entre la Tierra y la estación espacial hacía falta un vehículo más práctico que los enormes y caros cohetes que se habían usado hasta entonces. Hacía falta un vehículo reutilizable. Así nació el programa Sistema de Transportación Espacial, que después se conocería simplemente como transbordador espacial.

Los transbordadores espaciales se lanzan al espacio montados en un tanque de hidrógeno líquido con dos cohetes de combustible sólido a los costados. Así se evita llevarse al espacio el peso extra del tanque y los cohetes de despegue, que ya no hacen falta en órbita. El vehículo orbitador aterriza como un avión normal, pero sin motor.

Los transbordadores espaciales pueden transportar 30,000 kilos de carga hasta una altura de 480 kilometros, suficiente para poner la carga en órbita. Algunos satélites y todas las sondas de exploración espacial tienen su propio sistema de propulsión para llevarlos a órbitas más elevadas, o para ponerlos en trayectorias que los lleven a otros planetas. Los transbordadores también sirven para dar mantenimiento a los satélites, reabastecer estaciones espaciales y recuperar equipo. Pero no son sólo vehículos. Como el Columbia en su último viaje, el orbitador también sirve como laboratorio para llevar a cabo investigaciones y demostraciones científicas.